Grameen Bank ha redireccionado la práctica bancaria de otorgamiento de créditos al eliminar la necesidad de una garantía y creando un sistema bancaria basado en la responsabilidad, la confianza mutua, la creatividad y la participación.
Grameen Bank provee crédito a los más pobres en Bangladesh, sin ninguna garantía. Para Grameen Bank, el crédito es un arma efectivo contra la pobreza y sirve de catalizador en el desarrollo de condiciones socio-económicas de los pobres quienes no han sido considerados dentro de la órbita del sistema bancario por que son pobres.
Muhammad Yunus, el fundador de "Grameen Bank, que significa "banco del pueblo", es un economísta de la universidad Chittagong. En una ocasión llevó a sus alumnos a un pueblo pobre donde entrevistaron a una mujer que hacía bancos de bambú. Ella tenía que pedir prestado el equivalente de 15c para comprar bambú crudo para cada banco que hacía. Después de pagar al intermediario, a veces con intereses de hasta 10% a la semana, se quedaba con una ganancia de 1 centavo. Si hubiera podido obtener prestamos a tasas de interés menores, habría podido juntar un capital que le sacara de su nivel de subsistencia.
Dándose cuenta de que debería de haber algo terriblemente mal en los conceptos de economía que él enseñaba. Yunus se animó prestar de su propio bolsillo a 17 tejedores de canastas. Se había dado cuenta que era posible con una pequeña cantidad no sólo ayudarles a sobrevivir, sino también crear la chispa de iniciativa personal e empresarial necesaria para extraerse de la pobreza.
Hoy Grameen tiene 2,564 sucursales, con un staff de 19,800 sirviendo 8.29 millones de personas en 81,367 pueblos. 97% de los prestamos van a mujeres y más de 97% son pagados - esta tasa de recuperación es más alta que cualquier otro sistema bancario. Los métodos de Grameen son aplicados en proyectos en 58 países.
En 2011, OAT creó los primeros zapatos biodegrables del mundo Shoes that Bloom. Puedes sembrar los tenis cuando ya están viejos y un árbol o flores pueden crecer desde las semillas escondidas en los zapatos. Mientras tanto, los zapatos viejos se descomponen en la tierra. También tienen para bebés. Cuando ya no le queden se puede sembrar su árbol de pino. Genial.
No dejen de ver la empresa MPOWERD, que inspirado en el huracán en Haití en 2010 desarrolló esta aportación pensando en las millones de personas sin acceso a la energía eléctrica. No les digo más para que vean las fotos y testimonios. Se les va a antojar uno para cuando se va la luz.
Sin duda existen maneras de crear espacios de colaboración en donde prevalezca el ánimo de contribuir al bien común, un balance de ganar ganar para todos los participantes, ojalá cada día aparezcan más y más ejemplos como estos. Un abrazo afectuoso George.
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