Para muchos de nosotros es incuestionable el valor de la democracia. Sin embargo, nos percatamos continuamente de acciones, decisiones y actitudes que desde una perspectiva democrática nos parecen incomprensibles, tanto en gobernantes, legisladores y partidos políticos como de organizmos de la sociedad misma. Todos hablamos de la democracia, transparencia, rendición de cuentas, derecho a la información, estado de derecho, etc., pero constantemente observamos acciones incongruentes y contradictorias. ¿Qué pasa? ¿Será que en el fondo tengamos miedo a la diversidad, la participactión y el involucramiento de las personas en prácticas colaborativas? ¿Nos encontramos ante el dilema de escoger entre la participación y el control? ¿Será que en le fondo preferimos un líder "Papá bondadoso" que nos dirija y así evitar tanto desgaste en discusiones y negociaciones? ¿O es que simplemente no sabemos con qué se come la democracia? Es decir, no contamos con vivencias cercanas exitosas de participación en grupos y organizaciones en México como nuestras familias, escuelas, iglesias, asociaciones de vecinos, el trabajo, sindicatos, gobiernos locales, etc.?
Estas inquietudes nos llevan a preguntarnos si existen algunas creencias y dudas profundamente arraigadas en las organizaciones mexicanas que rigen las acciones de sus líderes y demás miembros aun cuando estas acciones sean contrarias a lo que exigimos, en especial a la clase política. Con ganas de entender estos fenómenos e impulsar la democracia vemos la necesidad de aprender a ver el mundo de las organizaciones mexicanas a través de una óptica cultural.
Según Edgar Schein* la esencia de la cultura es el resultado del aprendizaje y la experiencia. Una cultura no puede ser impuesta o creada; sólo puede ser aprendida. Parece que en muchas organizaciones mexicanas no han aprendido o no han querido tomar los riesgos de aprender las prácticas colaborativos que caracterizan una democracia. Pero si llegamos a comprender los aspectos escondidos y complejos en torno a la participación y toma de decisiones en grupos, organizaciones y profesiones Mexicanas como el ADN de su cultura, entonces podremos examinar algunos de esos "genes" en términos de su potencial para impulsar la democracia y otros "genes" en términos de su poder para inhibir o evitar la democracia. En otras palabras, la esencia de una cultura reside en las premisas básicas subyacentes-el ADN cultural. Una vez que las entendamos, podremos comprender las diversas conductas, decisiones y reacciones que observamos en nuestros contextos particulares y enfrentarlos más apropiadamente hacia la evolución de una cultura democrática Mexicana.
Compartimos la premisa de que la democracia en México no vendrá desde arriba, sino de la evolución de grupos en la sociedad que están intentando implementar prácticas colaborativas de participación, inclusión e involucramiento de sus miembros en sus procesos organizacionales.
En esta búsqueda llevamos algunas preguntas, ¿Cómo llegar a los niveles más profundas de las culturas particulares de estos grupos, no sólo lo más visible que está en la punta del témpano, sino lo que está abajo del agua? ¿Cómo valorar el potencial de los supuestos que se hacen en esos niveles para impulsar o para bloquear las prácticas colaborativas y democráticas? ¿Y cómo manejar la ansiedad resultante, cuando esos supuestos son retados?
*Schein, Edgar. Organizational Culture and Leadership. 3rd Edition. 2006. Jossey-Bass. San Francisco.
Definitivamente a mí parecer en México tenemos muy arraigadob el contar con una cultura de paternalismo, la comodidad de tener un "alguien" que resuelva nuestras necesidades o tener a quien culpar cuando las cosas no salen bien. Creo debieramos aprender a tomar riesgos por nosotros mismos, atrevernos a tener éxito o no tenerlo al asumir las consecuencias de nuestras acciones.
ResponderEliminarComo comentario, pudiera agregar, que yo trabajo para una compañía de origen alemana, y muchos comentan que nuestro Director de planta es un alemán muy "mexicano" y es que definitivamente en el ambiente laborar se aprecia un liderazgo paternalista muy al contrario en otras plantas que he tenido la oportunidad de conocer como es en, Querétaro o Coburg, en estas plantas muy por el contrario se percibe una clase muy diferente a la planta de Puebla, se aprecia trabajo de cada uno de los miembros en un estilo muy apegado a normas y consecuencias de las acciones de cada uno de los integrantes, y ahora leyendo al respecto de la democracia, yo diría que el ambiente es muy democrático.
El "ser": la democracia se come con tortilla, chiles serranos, refresco de cola y unos Camel.
ResponderEliminarEl "debiera ser": la democracia se debiera comer con un profundo estudio de nutrición, diseñando tablas nutrimentales que combinen proteínas y verduras; un programa de ejercicio diario y la cultuvación de la cultura del buen comer.
Es que en México tenemos esa insana manera de conformarnos con lo que nos han dicho que es lo bueno, lo que está de moda, lo que viene de otros lugares (no Zaragoza quiso quemar Puebla por que nosotros veíamos viable el gobierno francés en nuestra geografía).
Sí que la democracia viene desde adentro pero ahora, más que un enfoque empirista, necesitamos un enfoque crítico, estudioso y sustentado en definir lo que somos y a dónde queremos llegar. Es para mi diseñar sistemas y estructuras para nuestro país, así como lo hizo Norteamérica, mismo que critica Europa al no poder enseñarles más porque ellos han definido, diseñado y estructurado según su gente, su moral, sus normas y su ley.
Cuando vivía con mis padres, la democracia solía comerse con un profundo cariño y cuidado de mi madre. Habían normas que se basan en el uso de la razón y sentido común, en el civismo y en la libertad del ser respetando su esencia.
Se comía respetando la comida, las horas, las tradiciones y los buenos modales.
Eso, hace falta en México.
La democracia no sabemos con que se come, porque nunca la hemos comido y como todo platillo nuevo, nos sabe "raro".
ResponderEliminarNo estamos acostumbrados a la libertad, ni a asumir la responsabilidad de nuestros actos, en el fondo seguimos esperando que nos digan que hacer y para donde ir y en el fondo añoramos los viejos tiempos donde "habia orden".
La democracia definitivamente tiene que ver con cosas que nos dan miedo:
1.-La libertad
2.-La responsabilidad
3.-La tolerancia y/o el respeto a los demas
4.- El respeto a las leyes
Ademas de -obviamente- los grupos de facto que resultan beneficiados del autoritarismo.
La educacion democratica enpieza en la casa, donde se debe enseñar a los niñ@s a convivir en ambientes plurales e incluyentes donde se VALORE la diversidad en vez de condenarla.
Como comentario adicional creo que como puebla nos falta madurez para que la democracia se cimiente en Mexico, pero tambien creo que ya empezamos, ademas creo que es nuestra OBLIGACION de las personas que tenemos la fortuna de estudiar niveles de posgrado el difundir y liderar con el ejemplo en: casas, escuelas, organizaciones, empresas.
Entonces y solo entonces tendremos democracia en Mexico
Por cierto yo tuve la oportunidad de viajar a Cuba y definitvamente creo que la Democracia es -si no perfecta- la mejor forma de gobierno que se ha inventado, adjunto un blog muy interesante para que puedan apreciar como es la vida alla
ResponderEliminarhttp://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/cartas_desde_cuba/
¿Con qué se come la democracia?
ResponderEliminarLa democracia se se come con el deseo de alcanzar la madurez política de los ciudadanos, que tengamos el firme compromiso de ser personas comprometidas y conocedoras de los derechos y obligaciones que nos confiere la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Creo que todavía no falta aprender a saborear la democracia, debido a que no hemos desarrollado la capacidad de organizarnos para exigir nuestros derechos. Esto creo esta originado por el miedo generalizado que se tiene a perder el confort que nos brinda la complaciente y cómoda apatía por participar activamente en la vida política de nuestro país. Aunado a lo anterior considero que esa comodidad ha hecho que la sociedad perdiera el espíritu combativo ante las acciones antidemocráticas que se han realizado en nuestro país.
Lo más importante es que todos asumamos la responsabilidad histórica que tenemos como ciudadanos en uso de nuestros derechos civiles, para promover un cambio que nos lleve a otro nivel de progreso y de convivencia. Desarrollando una cultura basada en los valores fundamentales como son la Libertad, Equidad y el Respeto entre otros, difundiendo y proporcionado la informacíón en materoia de derechos y obligaciones en materia electoral en todos los niveles educativosa con la finalidad de crear la conciencia participativa. Privilegiando el bienestar de la sociedad sin distinción de ningún tipo y con pleno respeto de la voluntad del pueblo expresada por medio del Sufragio Universal en los comicios. Para que de esta forma empecemos a tener el gusto de probar las delicias de la Democracia en México.