15.9.09

...encariñarse con las preguntas mismas...

Cartas a un joven poeta
Rainer María Rilke
IV
Worpswede5, cerca de Bremen, a 16 de julio de 1903

He abandonado París hace unos días, por cierto bastante enfermo y cansado, para acogerme a esta gran llanura norteña, que con su amplitud, su calma y su cielo, ha de devolverme la salud. Pero aquí he venido a caer bajo una lluvia persistente hasta hoy, que es cuando empieza a escampar un poco sobre esta comarca, sin sosiego azotada por los vientos. Aprovecho, estimado señor, este primer momento de claridad, para saludarle.

Mi querido señor Kappus: he dejado mucho tiempo sin respuesta una carta suya. No porque la hubiese olvidado. Al contrario: es una de esas cartas que nos agrada releer cuando volvemos a encontrarlas entre otras, y en ella le reconocí a usted como desde muy cerca. Me refiero a su carta del 2 de mayo, que seguramente recordará. Cuando la leo, como ahora, en medio del gran silencio de estas lejanías, su bella inquietud por la vida me causa una emoción aun más intensa que la que sentí ya en París, donde todo suena de otro modo y acaba por perderse, desvaneciéndose entre el enorme estruendo que allí hace retemblar todas las cosas. Aquí, rodeado de un imponente paisaje batido por los vientos que los mares le envían, siento que a esas preguntas e inquietudes, que por sí mismas y allá en sus profundidades tienen vida propia, nadie puede contestarle. Pues aún los mejores yerran con sus palabras, cuando éstas han de expresar algo en extremo sutil y casi inefable.

Creo, sin embargo, que usted no ha de quedar sin solución si sabe atenerse a unas cosas que se parezcan a éstas en que ahora se recrean mis ojos. Si se atiene a la naturaleza, a lo que hay de sencillo en ella; a lo pequeño que apenas se ve y que tan improvisadamente puede llegar a ser grande, inmenso; si siente este cariño hacia las cosas ínfimas y, con toda sencillez, como quien presta un servicio, trata de ganar la confianza de lo que parece pobre, entonces todo se tornará más fácil, más armonioso, de algún modo más avenible. Tal vez no en el ámbito de la razón, que, asombrada, se queda atrás, pero sí en lo más hondo de su conocimiento, en el constante velar de su alma, en su más íntimo saber.

Por ser usted tan joven, estimado señor, y por hallarse tan lejos aún de todo comienzo, yo querría rogarle, como mejor sepa hacerlo, que tenga paciencia frente a todo cuanto en su corazón no esté todavía resuelto. Y procure encariñarse con las preguntas mismas, como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extraño. No busque de momento las respuestas que necesita. No le pueden ser dadas, porque usted no sabría vivirlas aún -y se trata precisamente de vivirlo todo. Viva usted ahora sus preguntas. 6 Tal vez, sin advertirlo siquiera, llegue así a internarse poco a poco en la respuesta anhelada y, en algún día lejano, se encuentre con que ya la está viviendo también. Quizás lleve usted en sí la facultad de crear y de plasmar, que es un modo de vivir privilegiadamente feliz y puro. Edúquese a sí mismo para esto, pero acoja cuanto venga luego, con suma confianza. Y siempre que ello proceda de su propia voluntad o de algún hondo menester, écheselo a cuestas sin renegar de nada.

Nota: Lo anterior es un fragmento del capítulo 4 de "Letters To A Young Poet" de Raíner María Rilke. 1934.

1 comentario:

  1. Anónimo9/19/2009

    Comentario de Salma Rivera

    Que profuno fragmento nos has compartido George, yo me he identificado mucho con él, hace algún tiempo escuche algo similar, algo que decía "a penas ví que un ojo me giñaba la vida, yo todo lo que tengo, que es nada se lo di...", y me parece tan similar a la parte en la que Worpswede le dice a Kappus, que no trate de resolver preguntas que, si encontrara la respuesta no sabría que hacer con ella, que lo más sano es encariñarse con las preguntas y que solas se iran respondiendo a su debido tiempo y cuando se de cuenta ya estará viviendo las respuestas. Una vez un amiga vino a mí sufriendo execesivamente por el rompimiento con su novio al cual adoraba, y mi esposo le dijo "disfruta tu dolor, porque es algo que nunca vas a volver a sentir", yo al principio no lo entendí y se me hizo un comentario frío y poco apropiado, sin embargo más tarde me dí cuenta de lo que este significaba, uno no puede tratar de vivir lo que uno anhela, solo podemos vivir lo que ahora tenemos y debemos de tratar de vivirlo intensamente, lo que anhelamos vendra solo y a su debido tiempo...

    Yo creo que lo mismo sucede con las organizaciones, muchas veces un líder llega con muchas ideas e impetu de tratar de cambiar las cosas y entonces se encuenra enseguida con preguntas que no puede resolver enseguida, el consejo de encariñarse con las preguntas me parece una excelente estrategia, porque si involucra al personal que puede dar solución al las preguntas, los resultados se darán por si solos y de manera conjuta, ya que no habrá que convencer a nadie del camino que se debe seguir, porque este lo eligieron y construyeron entre todos.

    Encariñarse con las pregunas me parece una excelete estraétigia de negocio y de la vida misma.

    Me encantó el fragmento que nos compartiste George, gracias.

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Gracias por participar en este esfuerzo, George